La poesía como escudo

Antonio Guerrero Rodríguez, uno de nuestros Cinco Héroes, mantuvo la hidalguía y la sonrisa a pesar de los más de 16 años en injusta prisión.
En los tiempos difíciles que pasó en la cárcel, recurrió a la poesía que amaba desde adolescente y se refugió en la pintura que cultivó en estos años alejado de la Patria, la familia y los amigos.
Hoy comparto este poema que escribió el 11 de julio de 1999 y forma parte del libro Desde mi altura, publicado por la Editorial José Martí en el 2001.

Diez meses

Fiel como a una condena, a cada tarde,
la blanca soledad del soñador acude.
Nada puede impedir que se desnude
la mirada que en su corazón arde.

Por razones serenas cada tarde
la cal azul de su pensar acude.
Él no da lugar a que se escude
quien recorre el camino del cobarde.

Él no quiere pasar sin verse a solas
con su suerte, descubrir su pasado,
saber cuánto de este se ha olvidado,

cuánto sigue presente entre las olas.
Él sabe que hay futuro si te creces
Y eso vino a decirle a sus diez meses.

 

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